BRUXISMO: QUÉ LO CAUSA, CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS Y SU TRATAMIENTO

Sabias que el bruxismo es un trastorno que se conoce por el rechinamiento o apretamiento involuntario de los dientes, que padece en torno al 30% de la población y que suele comenzar a edades muy tempranas (ya en la infancia se puede apreciar) y puede ocurrir tanto durante el día como durante la noche. Muchas personas pueden no ser conscientes de que lo padecen, pero sus consecuencias pueden afectar significativamente a su salud dental y general. En este artículo, exploraremos las causas, síntomas y tratamientos del bruxismo.

Causas del bruxismo: El estrés y la ansiedad

El estrés y ansiedad es el principal y habitual desencadenante del bruxismo. Las personas que padecen bruxismo no son capaces de liberarse del estrés y de manera involuntaria y refleja comienzan apretar o rechinar los dientes como una forma de intentar liberar tensión.

El estrés y la ansiedad es un mecanismo de defensa que adopta el cerebro y somatiza el cuerpo de cada individuo cuando se enfrenta a sus diferentes desafíos diarios. Por ello es importante destacar que el estrés y la ansiedad y, por tanto, el bruxismo, lo pueden padecer todo tipo de individuos y desde una tempranísima edad, incluso desde la infancia.

Aunque el estrés es la causa principal del bruxismo, hay otros factores que provocan bruxismo:

  • Factores genéticos: Existe evidencia que sugiere que el bruxismo puede ser hereditario. Si uno o ambos padres padecieron esta condición, es más probable que sus hijos también lo hagan.
  • Consumo de sustancias: El consumo excesivo de alcohol, cafeína y ciertas drogas recreativas puede aumentar la probabilidad de desarrollar bruxismo.
  • Trastornos del sueño: El bruxismo a menudo está asociado con otros trastornos del sueño, como la apnea del sueño. Las interrupciones en el sueño pueden contribuir a la aparición de esta condición.

Cuáles son los síntomas del bruxismo

El bruxismo es conocido por un trastorno originado por el estrés que provoca la activación constante y permanente de la musculatura masticatoria y por tanto   el rechinamiento y apretamiento de los dientes.  Pero lamentablemente está activación refleja e involuntaria de los músculos masticatorios no se queda ahí. Lo que es menos sabido es que esta activación involuntaria también afecta a la musculatura cervical, provocando también sobrecargas musculares y dolor en región cervical, mandibular y en la cabeza. Los síntomas del bruxismo pueden variar en intensidad y frecuencia, pero los más habituales son:

  • Problemas buco-dentales: Las posibles desalineaciones en la mordida o problemas con la alineación dental provocados por cúspides dentarias prematuras o irregulares, o por falta de piezas dentales pueden agravarse aún más por el bruxismo y, por tanto, lesionar o erosionar prematuramente los dientes provocando desgaste, fracturas e incluso caries.

Además, la presión excesiva y constante de los dientes pueden acabar dañando el sistema suspensorio el diente, desgastar su esmalte y provocar hipersensibilidad dental y retracciones de encías que acaben provocando infecciones bucodentales (gengivitis).

  • Dolor musculares faciales, mandibulares y cervicales: La tensión en los músculos faciales y masticatorios, así como cervicales (trapecios, esternocleidomastoideos, escalenos y suboccipitales) provocados por la hiperactividad  continuada  puede causar dolor y contracturas asociadas  en la región de los hombros, cuello, cara, cabeza y mandíbula.
  • Dolores de cabeza o cefaleas: El dolor de cabeza originado por el bruxismo es muy característico, aunque en ocasiones se puede confundir y diagnosticar erróneamente como migraña, por lo que es importante realizar un buen diagnóstico diferencial, ya que su tratamiento es muy diferente al de la migraña. Su causa suele venir derivada por lo dolores tensionales y sobre cargas musculares originados por puntos gatillo en músculos cervicales, faciales y craneales que acaban irradiando a la cabeza. Las cefaleas ocasionadas por el bruxismo suelen caracterizarse por experimentar dolores de cabeza frecuentes, especialmente en la zona temporal (zona lateral de la cabeza) que puede extenderse a la zona incluso orbital del ojo, y también zona suboccipital (parte posterior de la cabeza) y cervical.
  • Crujidos, crepitaciones y desgaste de la articulación temporomandibular y cervical: Las tensiones musculares continuadas unidas a los desajustes en la alineación normal de los dientes provocan una desarticulación progresiva de la articulación temporomandibular que acaba desgastando sus estructuras prematuramente, provocando crujidos y crepitaciones mandibulares a la hora de abrir y cerrar la boca y produciendo con el tiempo incapacidad funcional, dolor mandibular articular y artrosis.

Cuáles son los tratamientos para el bruxismo

Para el tratamiento del bruxismo, es importante realizar un diagnóstico precoz, ya que sus síntomas van aumentando y empeorando con el paso del tiempo llegando a ser irreversibles en algunos casos si no se trata a tiempo. Por ello es importante consultar con un buen especialista, como un fisioterapeuta experto en ATM (articulación temporomandibular), y/o odontólogos especialistas en ATM. Hacemos especial hincapié en esta especialización, porque no vale cualquier fisioterapeuta u odontólogo.

Para un tratamiento realmente eficaz se requiere de un trabajo multidisciplinar por parte de ambos profesionales: el odontólogo mediante férulas dentales y por parte del fisioterapeuta mediante técnicas manuales y posturales, de ahí que sea importante la especialización y entendimiento entre ambos. Estos son los tratamientos que se realizan los cuales deber ser combinados entre si:

  1. Férulas dentales: La férula de descarga nocturna personalizada se coloca sobre los dientes durante la noche para evitar el contacto directo entre ellos y reducir el daño dental. Además, este tipo de férulas debido a su morfología, también ayuda a inhibir en cierta medida la sobrecarga muscular de los músculos masticatorios evitando su fatiga excesiva. En ocasiones, si hay problemas estructurales en la mordida, un dentista puede recomendar tratamientos ortodóncicos u otras intervenciones para corregirlos. Una vez corregidos se indicará la férula de descarga nocturna. Esto tratamientos con férulas son fundamentales combinarlos con tratamiento fisioterápico.
  2. Fisioterapia: La fisioterapia especializada en estas patologías combinada con una buena férula de descarga nocturna suele dar muy buenos resultados. En ese sentido, la fisioterapia ofrece un enfoque efectivo y no invasivo para tratar el bruxismo, abordando tanto los síntomas como las causas subyacentes. A través de técnicas manuales, ejercicios terapéuticos y educación postural, los fisioterapeutas especialistas en ATM  pueden ayudar a aliviar el dolor mandibular, reducir la tensión muscular y prevenir futuros episodios.

El primer paso en el tratamiento es una evaluación exhaustiva por parte del fisioterapeuta. Esto incluye un análisis de la postura, la movilidad mandibular y la tensión muscular en la zona facial y cervical. La identificación de patrones de tensión y disfunción es crucial para desarrollar un plan de tratamiento personalizado. Una vez analizado el alcance, tipo y progresión de las lesiones y disfunciones se establece un plan de tratamiento a corto, medio y largo plazo en el que se utilizan las siguientes técnicas y estrategias:

  • Técnicas manuales: Las técnicas manuales son fundamentales en la fisioterapia para tratar el bruxismo. Estas pueden incluir:
    • Masaje terapéutico: Se utiliza para liberar tensiones acumuladas en la región cervical, en los músculos masticadores (maseteros) y otros músculos faciales.
    • Liberación miofascial: Esta técnica ayuda a liberar restricciones en los tejidos conectivos que pueden contribuir al dolor y la tensión.
    • Movilización articular: Se enfoca en mejorar la movilidad de la articulación temporomandibular (ATM), que puede verse afectada por el bruxismo.
  • Electroterapia: Combinadas siempre con técnicas manuales, como la diatermia o los TENS.
  • Ejercicios terapéuticos: Los ejercicios específicos son esenciales para relajar los músculos involucrados y reorganizar su función. Algunos ejemplos son:
    • Ejercicios de estiramiento: Para relajar los músculos tensos alrededor de la mandíbula y cervicales.
    • Ejercicios propioceptivos: destinados a normalizar la actividad normal de la musculatura y evitar su sobreactividad involuntaria.
    • Pilates: Técnicas como pilates pueden ser incorporadas para reducir el estrés y la ansiedad además de aprender e incorporar posturas y ejercicios correctivos que ayuden a inhibir las tensiones faciales y cervicales derivadas del bruxismo.
  • Educación postural:La postura juega un papel importante en el bruxismo. Un fisioterapeuta puede enseñar técnicas posturales adecuadas que ayuden a reducir la tensión en los músculos faciales y cervicales. Mantener una buena postura puede disminuir significativamente las tensiones que contribuyen al rechinamiento dental.
  • Consejos sobre Estilo de Vida y hábitos: Un enfoque integral también implica educar al paciente sobre cambios en su estilo de vida que pueden ayudar a controlar el bruxismo, tales como:
    • Técnicas de manejo del estrés
    • Ejercicio regular
    • Hábitos saludables de sueño
  • Evitar habitos “parafuncionales”: Morderse las uñas, los padrastos o similar, mascar chicle, morder bolígrafos, etc.

Cómo prevenir el bruxismo: Estrategias efectivas

Aunque muchas personas pueden no ser conscientes de que padecen bruxismo, es fundamental tomar medidas preventivas para evitar su aparición o empeoramiento.

  • Manejo del estrés y la ansiedad: El estrés y la ansiedad son dos de los principales desencadenantes del bruxismo. Por lo tanto, aprender a manejar estas emociones es crucial. Algunas técnicas efectivas incluyen:
    • Pilates:  es una técnica gimnastica que te ayuda a fortalecer y flexibilizar el cuerpo en general haciendo especial hincapié en que te ayuda a controlar tu cuerpo y no al revés, que sea tu cuerpo el que te controla.
    • Ejercicio regular: La actividad física regular no solo mejora la salud general, sino que también actúa como un liberador natural de tensiones.
    • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Si el estrés y la ansiedad son persistentes, considerar la TCC con un psicólogo puede ser beneficioso.
  • Establecer una rutina de sueño saludable: La calidad del sueño tiene un impacto directo en el bruxismo. Para mejorar tus hábitos de sueño:
    • Crea un ambiente propicio para dormir: Asegúrate de que tu dormitorio sea oscuro, tranquilo y fresco.
    • Establece horarios regulares: Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días para regular tu reloj biológico.
    • Evita estimulantes antes de dormir: Limita el consumo de cafeína y alcohol en las horas previas a dormir.
  • Mantener una buena higiene dental: Una buena higiene dental no solo es importante para la salud bucal en general, sino que también puede ayudar a prevenir problemas relacionados con el bruxismo:
    • Visitas regulares al dentista: Realiza chequeos dentales periódicos para detectar cualquier problema temprano.
    • Uso de protectores bucales: Si tienes antecedentes familiares de bruxismo o si ya has experimentado síntomas, considera usar un protector bucal durante la noche.
  • Mantener una buena higiene muscular: Es importante para prevenir y reducir las tensiones musculares que acaba erosionado los dientes, agotando la musculatura y desgastando las articulaciones (mandibular y cervical):
    • Visitas regulares al fisioterapeuta: Es aconsejable acudir al fisioterapeuta cada 4 ó 5 semanas para que haga un repaso de la musculatura cervical y mandibular y te recuerde los ejercicios específicos.
    • Cuidado postural: La postura juega un papel importante en la tensión muscular y puede contribuir al bruxismo.
    • Ejercicio y estiramientos musculares habituales: el ejercicio físico es fundamental así como los estiramientos.

Si ya experimentas síntomas relacionados con el bruxismo, consulta a un fisioterapeuta especialista en ATM (articulación temporomandibular) para obtener orientación adicional.

Y recuerda: La prevención es siempre mejor que curar.

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